¿En verdad nos pusimos eso?

¿Nunca les ha pasado que se ponen a ver fotos viejas y lo único que pueden apreciar no es lo feliz que se veían ni lo especial que fue ese momento retratado para la posteridad, sino lo raro que estaban vestidas o lo mal que estaban peinadas?

En mis álbumes familiares estas son algunas de las cosas que resaltan y vivirán en la infamia.

* Las hombreras. Cuando yo era adolescente, por allá a finales de los 80, y mi mamá me compraba mi ropa (por no decir que me vestía), me hacía ponerme estas cosas horrorosas hasta debajo de los t-shirts. Entre más grande la hombrera, al parecer era mejor. Ella decía que uno se veía más estilizado; yo pienso que parecíamos mariscales de fútbol americano.

* La fiebre por combinar cosas. Al vestirnos y usar accesorios debe haber cierta coherencia, pero no entiendo el afán que reinó en una época de emparejar una cosa con otra: esmalte de uñas con lápiz labial. Carteras con zapatos. Y mi favorita: las medias con los scrunchies para recogerse el cabello. Afuera del Hospital Paitilla se paraba a vender una señora con dos bolsones enormes llenos de estos accesorios, y déjenme decirles que el color que buscaras, lo encontrabas. Entre eso, y las medias de colores que mi mamá me compraba (rojo, turquesa, naranja, lila… el tono que mencionen, yo lo tenía) mis medias y los scrunchies siempre combinaban, para la perplejidad de todos mis conocidos.

* Pantalones Vertigo. Bien pegados y con mucho stretch, estos pantalones eran un fenómeno. Y para asegurarse de que quedaran bien templaditos, las aperturas tenían un elástico que pasaba debajo de tus pies. Nada más faltaba que usaras tus flamantes pantalones Vertigo con botas para que te confundieran con otra cosa. Todo sea en nombre de la moda. #fashionvictim

* Jeans Z. Cavaricci. Esta historia no es mía, pero recuerdo a mi hermana menor llorar; corrijo, berrear por uno de estos jeans que mi mamá rehusaba comprarle. Con un doblez en la cintura y un corte bien baggy, sí que eran feos. Pero mi hermana era la mejor alumna de su salón y la más obediente de las hijas. Le traía muchas satisfacciones a mis padres y creo que a mi mamá le dio pesar no premiarla con la única cosa que quería en la vida, y al final capituló.

* Tops tipo bodi. Esta pieza es fenomenal y súper práctica si tu tamaño es de 0-3 meses, 3-6 meses o 6-9 meses. Para mujeres adultas, con amor propio, un body que se ajuste con botones de presión allá abajo, es un no y mil veces no. Además, te marca las llantitas.

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