Problemas de memoria

El 16 de octubre me llamó mi querida amiga Marta como a las 5:00 de la tarde. Era para preguntarme una cuestión de trabajo, pero no la sentí efervescente como usualmente está cuando habla conmigo. Le dije, “Oye, ¿qué tienes que suenas medio rarita?”, y me contestó: “¡Que hoy es mi cumpleaños, mira la hora que es, y todavía no me has felicitado!”.

Me sentí fatal. Horrible. No la había llamado porque se me olvidó por completo. ¿Y saben de quién es la culpa? No señores, no es mía. Es culpa de Facebook, que no me recordó de una manera eficiente y oportuna. Como a las 6:00 de la mañana me mandó una notificación de que “Fulanita de tal y dos personas más cumplen años hoy”, pero Fulanita de tal y yo no somos amigas cercanas, así de esas que se llaman para felicitar, y no me dio curiosidad averiguar quiénes eran las otras dos personas que cumplían ese día. Y una de esas dos era Marta.

Como ven, ya pasaron dos meses y sigo traumada con el tema. No solo por el cumpleaños en sí, sino porque la tecnología ha lisiado mi capacidad de retener información nueva. Me recuerdo de todo hasta aproximadamente el año 2009. Pero a partir de esa fecha es como si se hubiera llenado mi disco duro. Ni haciendo delete a archivos previos puedo generar espacio para contenido nuevo. Toda la información reciente está en una memoria externa.

Por ejemplo, recuerdo los números de teléfono de las casas de mis amigas de la infancia, de la época en que solo tenían 6 dígitos. Son números que tengo más de 20 años de no marcar, pero aún están logueados en mi memoria. Pero pregúntenme, a ver, el de la casa de mi hermano. Ese tipo es mi propia sangre, pero se casó hace como ocho años, así que se quedó por fuera. No hay forma humana de lograr que me aprenda el número de su casa. Cada vez que quiero llamar a mi cuñada debo buscarlo en el directorio del celular. (Los de mis hijos me los sé solo porque se parecen al mío).

Hablando de hijos, me sé los cumpleaños de todos mis allegados hasta el año 2009 (aproximadamente). Los que nacieron después de eso o los conocí en este ínterin, pues se fregaron. Mala suerte para todos mis sobrinos menores de ocho años, que lo más que puedo es tener una idea vaga del mes del que son. También ayuda si nacieron cerca de fechas importantes, como fiestas patrias o carnavales. (Pero como son tantos sobrinos, ya no le mando regalo a nadie, así que da lo mismo si me sé sus cumpleaños o no).

Volviendo al tema de Marta, a ella la conocí en 2014. Así que tampoco está registrada en mi disco duro original. Por eso tengo que apoyarme en cuestiones como Facebook, ¡pero el otro año estaré más vigilante!

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