el café con teclas
Para ser bella…
Tenía si acaso cinco minutos ahí sentada. Aún no me habían traído el menú, y ya estaba añorando volver a mi casa. Me veía muy linda (o eso me dijeron), pero la faja me estaba cortando la circulación, me tuve que sacar los zapatos debajo de la mesa y las varillas del strapless me estaban estrangulando el alma. Qué va… Esa cena se me iba a hacer in-ter-mi-na-ble.
No piensen que soy sádica, pero la falda era muy larga, por lo que necesitaba zapatos altos para no trapear el piso. También tenía una tela muy delgada (lo que explica la faja). Me preguntarán, ¿acaso no tienes más ropa? ¿Para qué te pones esa falda? Bueno, porque era la que combinaba con la camisa que tenía puesta. (Inserte aquí el emoji de la muñequita hundiendo los hombros y alzando ambos brazos).
Recuerdo una vez, era la boda de la hija de una amiga. Era la primera de mi grupo en casar a una hija, así que fuimos todo el squad a celebrar muy animadas la alegría de nuestra amiga. La noche iba a ser larga, pero íbamos todas requete emperifolladas. No había terminado la ceremonia religiosa cuando a una primero se le soltó el peinado. Luego se tuvo que quitar las pestañas falsas porque le picaban los ojos. Después se le rompió el zipper del traje. Y por último tuvo que tirar los zapatos. O sea, vi cómo su look se fue desbaratando paso a paso. Me reí y le dije que era como una Cenicienta, pero sin calabaza ni hada madrina, jajaja.
Cuento esto porque no es fácil ni cómodo arreglarse para ocasiones especiales. Pero la buena noticia es que todo aquello que se confabula en nuestra contra, a veces trabaja a nuestro favor. Y si hay algo que nos sobra a las mujeres son alternativas para arreglarnos. La semana pasada, por ejemplo, descubrí que para qué torturarme con jeans apretados, si puedo usar una sudadera. Hay unos pantalones con elástico tan decentes, ¡que hasta sirven para ir a trabajar! Recordé los pantalones que Joey Tribbiani usaba en Thanksgiving. ¡Qué lujo!
¿Y qué me dicen de cuando uno viaja al frío? Puedes tener libritas de más, pero no te ves gorda: te ves abrigada. Tampoco hay tal cosa como un bad hair day. Para eso hay sombreros: ocupan menos espacio en la maleta que un blower y son mucho más estilosos.
También contamos con maquillaje en nuestro arsenal. Esto puede ocultar imperfecciones y ayudarte a destacar tus mejores rasgos. Ahora estoy disfrutando los labiales rojos, que solo usaba para bodas y eventos formales. Y pensar que había una época en que los combinaba con mis uñas, y a veces hasta con la ropa.
Lo que quiero decir es que para las mujeres vernos bien puede ser tan complicado como usar strapless, zancos y faja, o tan sencillo como usar un labial rojo. Al menos en eso nos salvamos.