el café con teclas
La Bicicleta
Un día, mi chiquito de 3 años, vino a quejarse donde mí. Me dijo que sus hermanos mayores lo estaban molestando (para variar), y que le estaban diciendo que yo quería que él hubiera sido una niña.
Lo abracé y le dije que le iba a contar algo y comencé mi relato así: “Una vez, hace mucho, mucho tiempo, papi y mami se casaron y vivían solitos en esta casa”. “¿Y qué pasó después?”, me preguntó. Le dije que tuvimos nuestro primer hijo, después el segundo, y luego los mellos, y que la casa estaba llena con sus hermanos, todos varones. “¿Y qué pasó después?”, me preguntó de nuevo. Le dije que mami quería mucho tener una hija, y todos los días le rezaba a Dios pidiéndole una niña. “¿Y qué pasó después?”, volvió a insistir. Le contesté que todos los días mami pedía: “¡Dios, Dios, mándame una niña!”, pero no pasaba nada.
Hasta que un día, Dios me contestó: “No te voy a mandar una niña. ¡Te voy a mandar algo mucho, mucho, muchísimo mejor!”, refiriéndome, por supuesto, a él, que es la luz y chispa de la casa; el hijo que con solo una mirada me da 3 vueltas y me mete en su bolsillo.
Pero mi chiquito peló bien grande sus hermosos ojotes azules, y con su voz tierna y crédula me preguntó: “¿Y qué te mandó? ¿Una bicicleta?”.
Juro que momentos como esos hacen la vida infinitamente más dulce y especial.
Ese niño es muy especial! Definitivamente ds te mando algo mucho mejor, inclusive mejor que una bicicleta jejé
Que cute!! Gd bless him!!
Me encanta leer tu blog Sarita de verdad que I look forward for it!
Gracias, me hace feliz leer esto 🙂
SARITA.. MUY BUENO!!!! QUE BELLEZA DE HIJO…. ME ENCANTA LEER LO QUE ESCRIBES!!
SALUDOS!
Gracias, Sima!