A enfrentar el miedo

Aunque me la tiro de valiente, soy bien floja y miedosa para algunas cosas. Los exámenes de sangre, por ejemplo. No me molesta que me pinchen y me la saquen (tampoco es que lo disfruto, pero por lo menos no le tengo fobia). Lo que odio es esperar los resultados, porque no importa para qué sea, en el fondo tengo temor. Como el día que fui a renovar mi licencia, en que te hacen una prueba de la vista y otra de audición. No importa que gracias a Dios veo y escucho bien (a veces me hago la sorda, pero es a propósito), ¡pero aún así tenía susto de que me dijeran que había reprobado y me mandaran a la óptica a buscarme unos lentes!

Por eso en general tengo renuencia a hacerme cualquier tipo de examen. En el fondo, prefiero no saber. Algo así como ojos que no ven, corazón que no siente. O cerebro que no sabe, corazón que no le importa.

Pero la verdad es que más en el fondo, sé que hay que ser responsable y enfrentar esos temores, porque la salud es algo que se debe tomar en serio. Octubre es el mes de la prevención de la enfermedad mala que le da a las mujeres (no sé si es miedo o superstición, pero no me gusta ni siquiera llamarla por su nombre). Le digo “la enfermedad mala” porque lo es, y todo el mundo sabe que es esa, la que comienza con “c” y termina con “r”. Desafortunadamente aún no hay cura ni vacunas para erradicarla, así que lo más que se puede hacer es llevar un estilo de vida sano y hacer uso del autoexamen mensual y una mamografía anual, para que en el peor de los casos se pueda detectar y tratar a tiempo.

Todos conocemos a alguien que ha sido afectado directa o indirectamente por este mal. Cercano a mí tengo una tía que la padeció hace como 30 años y una querida amiga que lo tuvo hace 4. Cuando me enteré del caso de mi amiga, recuerdo haber sentido shock. Los meses y el año que siguió de seguro no fueron fáciles para ella, pero siempre admiré la gracia, fortaleza y el aplomo con la que le hizo frente a la situación. Lo bueno es que ella se hacía el autoexamen con frecuencia, y se dio cuenta que algo no estaba bien a tiempo, lo cual es crucial para tener un buen desenlace.

El ser humano tiene sentimientos que lo empujan a actuar: hambre para que coma, sed para que beba, sueño para que duerma. Supongo que la idea te sentir miedo es que nos haga reaccionar. No dejemos que nos paralice. El tiempo es valioso; no se debe dilatar.

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