Cosas que no entiendo

Me gusta entender las cosas. En mi cabeza todo es válido mientras haya una explicación que lo sustente. Pero hay ciertas situaciones a las que, por más que trato, no les encuentro su razón de ser. Por ejemplo estas:

1) Las personas que tratan de entrar al ascensor antes de que salgan los demás. Puede ser en un edificio de oficinas, un consultorio médico o hasta en tu propia casa. Vas bajando por el ascensor, llegas a PB, pero apenas se abre la puerta una manada de personas trata de embutirse al mismo tiempo dejando atrapados a los demás. ¡No entiendo! No se trata de practicar buenos modales, es cuestión de sentido común. Hay que vaciar las cosas antes de poder llenarlas de nuevo.

2) El uso indiscriminado y deshonesto de las aplicaciones para editar fotos. Entiendo que queremos vernos bien y me parece genial la posibilidad de mejorar nuestra apariencia antes de registrarla en el mundo virtual. Pero sostengo que los filtros en las fotos deben usarse como el bótox: para mejorar de una manera discreta la apariencia de lo que se tiene, no para transformarla. Pero no. Hay mujeres que se quitan arrugas, bolsas, difuminan su piel, afinan áreas, etc. y tienen el tupé de poner de hashtag #nofilter. Como si los demás fuéramos bobos o ciegos. (Nota aclaratoria: no uso bótox).

3) La memoria selectiva. No entiendo cómo puedo recordar algo que pasó hace siete años y lo que me puse el día que fui a almorzar con mis amigas para celebrar que era un miércoles cualquiera, los temas que hablamos y los chistes que dijimos. Pero ni idea de adónde fui, qué hice o a quién vi antes de ayer. Es en serio. Hay lunes que me preguntan qué hice el sábado, ¡y tengo que concentrarme para recordarlo!

4) Por qué las puertas se quedan abiertas. A veces me dan ganas de ponerles brazos de hierro a todas las puertas de mi casa, porque por alguna razón a los individuos que viven acá (léase hijos) les elude la capacidad de cerrarlas. Entran a mi cuarto y la dejan abierta. Me quedo esperando a ver si cuando salen la cierran, ¡pero tampoco! Ahora que lo pienso, no es algo exclusivo con las puertas normales. Las de la despensa, las del clóset, las del carro, gavetas, y en una ocasión hasta la de la nevera se quedó abierta. Cerrar una puerta no requiere un talento específico ni mucho esfuerzo, así que no entiendo. Les grito “¡Cierren la pueeeeeertaaaaa” y me contestan un “Ahora”. ¡Que la cierren ya!

5) Las personas que le dan “Me gusta” a sus propias publicaciones en las redes sociales. Si lo están publicando, ¿no es tácito que les gustó lo suficiente como para compartirlo con el resto del mundo? No estoy juzgando a nadie, pero me parece un poco narcisista. Algo así como chocar las cinco con uno mismo.

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