Donde termina el infinito (y otras cosas que ya no me interesan saber)

Llevo días, meses, hasta años, con una inquietud pegada como un chicle en el cerebro: ¿cuál es el afán de saber cosas que no nos corresponden?

A menudo veo a personas debatiendo temas profundos, filosóficos, que en verdad no tienen respuesta. Y para acabar de rematar, la otra noche leo la “noticia” de que una persona en China le mandó una pregunta al mundialmente famoso físico teórico Stephen Hawking por Weibo (que es algo así como el Facebook chino) tratando de averiguar “si es el hombre quien sueña que es una mariposa o si es la mariposa la que sueña que es un hombre”. ¿A quién le importa? ¿Qué diferencia hace? Pero nooo, en un lapso de 24 horas 40 mil usuarios se pusieron a discutir el tema y a compartirlo en sus redes.

Al parecer esta pregunta fue planteada hace dos milenios por un filósofo llamado Zhuangzi, y hoy en día todavía es punto de partida para discusiones sobre el yo, la realidad y las ilusiones, entre otras cosas. Ya pasaron dos mil años y el tema aún no muere… Zzz.

A mí lo que me interesa saber es por qué hay tanta gente ingrata en el mundo, por qué hay dj’s que insisten en cantar en la radio, cómo se cura el mal gusto, por qué mis hijos no pueden comer papitas sin regarlas en el carro, y mi duda más apremiante: por qué algunas personas todavía no entienden que antes de entrar a un ascensor deben dejar que salgan las demás.

Les voy a contar algo: cuando era chiquita le daba vueltas en mi cabeza por horas a temas como ¿dónde quedará el final del espacio?, ¿y qué habrá después del final, una pared?, ¿quién creó el mundo?, ¿quién creó a quien creó el mundo? y ¿qué habrá hoy para la cena? Siempre encontraba respuesta para la última, pero me enredaba tanto tratando de descifrar las demás, que me daba una sensación de angustia y confusión seria, hasta que un día llegué a la conclusión de que hay cosas que no me corresponde saber. Y desde ese momento vivo una existencia más tranquila.

La curiosidad es buena y el conocimiento es primordial. Solo estoy diciendo que hay cosas que por más que divaguemos, nunca sabremos con certeza. Al final todo son teorías, conjeturas. Así que me apunto a dirigir mis energías en cosas que tengan que ver con el aquí y ahora.

Sí me gustaría tener las respuestas a todas esas interrogantes y muchas más, pero dudo mucho que incluso Stephen Hawking las sepa.

Al fin y al cabo, qué más da. Como cantó Doris Day mucho antes que yo naciera, “qué será, será, whatever will be, will be”.

Suscríbete

¡Recibirás mis artículos en tu correo electrónico!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Comparte más

2 comentarios

  1. Bueno eso si, mucha razón, a veces hay cosas que simplemente jamas tendrán una respuesta clara y como dices es mejor vivir tranquilos y con paz mental de no saberlas que buscarle como dicen en buen panameño la quinta pata al gato que nunca le vas a encontrar.

    Si debemos saber alguna cosa imagino que lo sabremos cuando llegue el momento de saberlas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *