el café con teclas
Mamá no apoya la polla
(REMANDO CON MI HIJO EN EL MUNDIAL).
La esfera entró al arco como la bola de un cañón. No vi el gol, pero deduzco su trayecto por los gritos -algunos eufóricos, otros indignados- que explotaron frente al televisor.
El fútbol será emocionante, pero me sorprendió la alharaca, pues Panamá no está en el Mundial y en las venas de estos espectadores no corre sangre marroquí ni tampoco belga.
“¿Por qué tanto alboroto?”, pregunté, y uno de los presentes me sacó de la duda. “¡Quedé de tercero en la polla!”. Ok.
No voy a mentir y decir que ganarse la polla no es un buen incentivo para hacerle barra a quien sea, ¿pero qué pasó con sintonizar un partido para animar desde lejos a tu equipo, aplaudir las buenas jugadas, insultar las malas y clamar goles, por amor al deporte?
Jueves en la tarde. Partidos simultáneos entre Japón y España, y Costa Rica y Alemania.
Me afinqué en el sillón del estudio, donde mi hijo –uno de ellos- le estaba haciendo barra a sus equipos. O eso pensaba yo.
“Mami, ¡rema conmigo!”, me pidió, y yo entusiásticamente me puse en modo “¡Vamos Japón!”. Solo que él le iba a España, lo cual me indignó, pues la lógica indica que debería mostrarle lealtad al equipo de la tierra que vio nacer a su mamá. (Fun fact: nací en Japón).
“¿Cómo se te ocurre apostarle a España?”, le increpé, a lo que me contestó “Yo no dije que quiero que gane España; solo aposté al que creo que va a ganar”. Ok.
Mientras tanto, el otro partido iba 1-0 a favor de Alemania. Luego Costa Rica empató a 1-1 y los brincos de mi hijo eran tales, que hasta me paré a saltar con él.
Por eso no entendí su frustración cuando pocos minutos después, Costa Rica anotó su segundo gol, sacándole ventaja a Alemania con un 2-1.
“¡No! ¡No!”, gritó ahora el susodicho. ¿Ah? O no entiendo el juego, o es que no lo entiendo a él. Confusión total.
Me aventuré a preguntarle, “¿Tú no le ibas a Costa Rica?”. ¿Y saben qué me contestó? “¡Puse Alemania 3 a 1 en la polla!”. ¿Ven lo que les digo?
Por su parte España, que había marcado el primer gol, había quedado atrás con un 2-1 de Japón. Yo estaba realizada.
“Sería lo máximo que llegue a la final”, exclamé. “Ya estoy aburrida de los mismos equipos de siempre”.
“¿Te imaginas un Japón – Costa Rica?”, preguntó entusiasmado. ¿Ah? ¿No que estaba con España?
“Sí, pero fallé mi polla, ¡así que vamos Japón!”.
Ganamos, perdimos, igual nos divertimos.
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Update: Japón cayó el lunes ante Croacia en penales.