Miedo a botar

SE BUSCA CANDIDATO.

Solo falta una semana para las elecciones. Hay siete candidatos a la presidencia. Pensaría que entre tantos aspirantes sería fácil encontrar uno solo que me guste. Pero qué va. Por algunos más, por otros menos: siento rechazo hacia todos.

Extraño 1994. Tenía 19 años e iba a votar por primera vez. El ambiente era uno de efervescencia y mi emoción se alimentaba con algo más fuerte que poner a trabajar mi cédula. 

Viví los años turbulentos de la dictadura; tenía recuerdos claros de fraudes electorales y contiendas robadas. Fui testigo de la invasión y del presidente Endara siendo juramentado en una base militar. Ahora, finalmente llegaban tiempos mejores para Panamá, y yo iba a ser parte de eso.

30 años y seis elecciones más tarde, de esa ilusión no queda nada.

Me fui desencantando progresivamente con el sistema, el gobierno y los gobernados. El panorama cada quinquenio fue mutando de elegir a quien yo consideraba un buen candidato, a escoger a quien reemplace a un mal presidente, a tratar de decidir quién es el menos peor de todas las opciones, hasta llegar a la encrucijada en la que me encuentro en este instante: ni siquiera quiero votar.

El 5 de mayo me aproximaré a las urnas para ejercer mi deber ciudadano con pies pesados y manos dudosas. ¿A quién le confiaré mi voto? No lo sé. 

A falta de una respuesta definitiva, decidí resolver este dilema empezando desde atrás. Fui descartando aquellos aspirantes por los que definitivamente no votaría. ¿Y adivinen? No quedó nadie.

Lo triste es que no soy particularmente exigente. Mis requisitos son bastante básicos. Quiero un candidato impoluto, que se deba al pueblo y no a particulares, que venga a hacer -pero sin robar.

Les admito con franqueza que por primera vez, he considerado ejercer un voto nulo. Siempre he votado a conciencia, ¿pero qué le digo a mi conciencia ahora? Con las opciones disponibles, me siento como quien mueve vegetales que no quiere con el tenedor en su plato.

Me pregunto si alguna vez llegaré a presenciar una contienda donde se me dificulte elegir candidato, no porque ninguno da la talla, sino porque hay varios calificados. Por ahora, me hubiera conformado con solo uno.

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