Todo aquel que ha estado un tiempo en este mundo sabe que, a pesar de todas las cosas buenas que tiene, a veces puede ser un poco cruel y no siempre cosechamos lo que sembramos. Así pues, en ocasiones encontramos que las personas con quienes hemos sido buenas, nos tratan mal. Aquellos en los que hemos confiado nos traicionan, y a los que les hemos dado todo nos dejan sin nada. Otras veces no son personas, sino la vida misma la que nos da un par de golpes bajos.

Por supuesto que enfrentar estas nefastas realidades puede dejarnos anímicamente estropeados, pero he encontrado que hay cosas que podemos hacer para fortalecernos a nosotros mismos. Digamos que son remedios para vacunarnos emocionalmente, si no para quedar completamente inmunes, por lo menos protegidos.

Aclaro que no soy una oradora motivacional ni una gurú de ningún tipo, pero estas son las cosas que me han funcionado a mí, y se las comparto para ver si podemos sacarle algún tipo de provecho a las dificultades que he pasado en mi vida y a las lecciones que me han dejado:

Ejercita tus músculos. Muchos tenemos la fortuna de tener a nuestro alrededor personas que nos quieren y nos sostienen en momentos de prueba. Pero cuando tropezamos y caemos no sirve de nada que venga alguien y te recoja si no haces el esfuerzo de mantenerte tú en pie. Si no lo haces, caerás nuevamente. ¡Así que ponte fuerte, porque hay cosas que nadie más puede hacer por ti!

Perdona. No solo a los demás, sino a ti misma. Deja de culparte por las cosas que están fuera de tu control e insultarte. Y en cuanto a los otros, si empiezas a considerar la estupidez como una enfermedad, vas a ser más compasiva con las personas que te han herido.

Confía. Primero que nada, confía en Dios si eres una persona creyente. Si eres ateo, confía en las energías de la naturaleza y el karma. Adicionalmente, ten confianza en ti y en lo que puedes lograr. Siempre hay que tener fe, aunque sea en uno mismo, porque esa certeza positiva es el ancla que te va a sujetar para que no te lleve la marea en aguas turbias.

Ve de compras. Adquiere 3-en-uno, vaselina o manteca para que todo se te resbale. Haz a palabras mojadas, oídos impermeables; o si prefieres, hazte la sorda y ya. Con algo de práctica uno se vuelve profesional en esto.

Busca oficio. Llena tu vida con las cosas que te gustan. Pinta, escribe, canta. Haz voluntariado; dedícate a una causa. Dejarte a la suerte es lo peor que puedes hacer, así que si tienes que descoser un traje y coserlo de vuelta para ocuparte en algo, bueno, entonces hazlo.

Vive una vida feliz. Sé feliz, o por lo menos aparenta serlo. La idea no es vivir una mentira, así que procura serlo de verdad. Si piensas que lo eres, eventualmente lo serás. Y esa es la mejor revancha.