Melania usa tacones, ¿y?

Tremenda controversia se formó el otro día en las redes sociales. ¿La razón? Melania Trump, la primera dama de Estados Unidos, tuvo la osadía de salir de la Casa Blanca en tacones –¡¡en tacones, por lo más sagrado!!- para dirigirse al avión que la llevaría a Houston a solidarizarse con los habitantes de la ciudad abatida por el huracán Harvey. No importa que antes de aterrizar se cambió los zapatos por una zapatillas más acordes con la situación y el escenario. Hay que ver el tupé de esa mujer… ¡Desalmada!!

Obvio que estoy siendo sarcástica. Estamos hablando de una mujer que fue modelo y se casó con uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, antes de que él se convirtiera en el presidente de esta potencia mundial. Melania debe tener un clóset repleto exclusivamente de ropa cara y de diseñador, la envidia de hasta fashionistas como UpClose&Stylish. Así que no entiendo la no-noticia de que se haya puesto stilettos para montarse al Air Force One. Las ganas de criticar rayan en lo absurdo… ¿Qué pretende la gente? ¿Que Melania se vaya de shopping a comprar algo más acorde, nivel crisis nacional? Créanme, si se hubiera puesto una sudadera, hubiera sido una Stella McCartney o algo afín a la extinta Juicy Couture y la hubieran criticado igual.

Debo decir que no me interesa la política en Panamá, no porque no me interese per se, sino porque estoy decepcionada de toda la clase esa -fuchi- (aunque para mí es sagrado votar en las elecciones). Ya podrán imaginarse que si me siento así de los políticos locales, los gobernantes ajenos me importan muchísimo menos. O sea, en serio, serio, serio, se me resbala Trump, Melania, su Gabinete completo y toda su garulla.

Entonces se preguntarán, ¿por qué le dedico una columna entera al vestuario de Melania? Porque no me parece bonito, justo ni apropiado armar un bololó en torno a sus zapatos. “Es que no muestra empatía con la situación”; “es que quién se pone zapatos así para ir a visitar víctimas de un desastre natural”; “ay, es que Michelle [Obama], jamás usaría algo parecido”; “ay, qué desubicada”; “ay, ¿quién será su asesor de imagen? Merece que lo despidan”…

Aló, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Uno puede tener empatía, preocuparse por los demás, visitarlos, besarlos, abrazarlos si quiere, en tacones, en chancletas, o descalzo si le parece. ¿Quién dijo que lo que uno se pone se relaciona proporcionalmente con lo que uno siente? Aquí en la oficina casi me caen en plancha, pero me mantengo firme en lo que pienso. No es que Melania llegó tambaleándose a Houston en sus zancos. Tiene un gusto impecable y se viste súper bien (aunque yo hubiera dejado el gorro de Flotus en mi casa). Llegó en zapatillas a Houston; ¿cuál es el problema?

Creo que parte de la culpa es de los medios (ejem, ejem), por crear noticias de cosas que simplemente NO IMPORTAN. ¿Van a revivir los muertos si Melania usa zapatillas genéricas? ¿Se va a aliviar el hambre, se van a reconstruir las casas, va a bajar el nivel del agua si se pone una bolsa plástica en la cabeza? No.

Aquí alguien me dijo “¿pero qué va a pensar la gente?”. Pues adivinen, ¿a quién le importa qué piensa la gente? Como especie no paramos de juzgar, censurar y criticar a los demás, y como no es suficiente, entonces inventamos situaciones banales para seguir en la pelotera (me excluyo de esto).

En conclusión, dejen a la gente vivir. Y si Melania quiere dormir en tacones, que lo haga.

Suscríbete

¡Recibirás mis artículos en tu correo electrónico!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Comparte más

Deja un comentario