Hace unas semanas estaba en el carro, cuando escuché una canción que hacía años no oía, «Depende», de Jarabe de Palo. Tiene una melodía muy bonita, pero nunca le había prestado atención a la letra, hasta ese momento. Escribí algo breve al respecto, y lo postié en mi página personal de Facebook, pero creo que me quedé corta, así que ahora elaboro más.

En pocas palabras, la canción dice que «depende, depende, ¿de qué depende? De según como se mire todo depende…» (Mi breve y cerebral descripción no le hace justicia. Si no la conocen, mejor escúchenla).

Bajé la canción en Itunes, y como suele pasarme cuando escucho una canción que me gusta mucho, la puse tantas veces que le exprimí hasta la última nota y ya me la sé de memoria.

Pero es verdad… No hay nada absoluto en la vida. Todo depende de cómo vivimos, qué hacemos y cómo nos enfoquemos. Ni hablar que también depende de nuestro carácter, el clima, nuestro estado de ánimo, el día de la semana y con qué pie amanecemos.

En mi caso personal, todo va a depender del humor en que me encuentre. Si estoy de buenas, es posible que todo se me resbale. Pero si estoy de malas, ¡qué problema! (Mis hijos pueden dar fe de esto).

Pero en un nivel más profundo, la vida está llena de variables y «dependes», desde el momento en que nacemos. ¿Vas a ser un niño feliz? Depende, si te criaste en un hogar estable y amoroso. ¿Vas a ser buen alumno? Depende, si te aplicas. ¿Serás exitoso en la vida? Depende, cómo te conduzcas.

Otros ejemplos: Todos tropezamos y nos equivocamos de vez en cuando. Pero depende. Podemos usarlo de excusa para quedarnos abajo, o para impulsarnos hacia arriba.

También a todos nos han hecho trastadas. Pero depende. Puedes quedarte con rabia y hasta buscar vengarte, o aprovechar para mejorar y desarrollar cualidades como humildad, tolerancia y el saber perdonar.

Sí… Todo depende, pero ultimadamente, lo que depende dependerá de ti.