Triunfal, pero no triunfadora

LA LOBA SIGUE LAMIENDO SUS HERIDAS.

Según el modelo psicológico de Kübler-Ross, un proceso de duelo tiene cinco etapas. Ayer Shakira arribó de forma estrepitosa a la segunda: la ira.

Su nueva canción es una declaración de guerra. La letra no dispara dardos disimulados, sino descargas contundentes con las que hace mermelada a Piqué. 

Esta resurgencia triunfal y empoderada de Shakira ha sido recibida con aplausos y memes. En el fondo, a todos nos gusta ver Troya arder desde lejos.

Pero en este ring mediático, donde la cantante noqueó sin misericordia a su ex pareja -y bailó encima de su cuerpo-, vale preguntarnos, ¿hay vencedores?

Yo pienso que no.

Si el cometido de Shakira era humillar a Piqué, lo logró -y de qué manera. Las palabras se las lleva el viento, pero las canciones perduran en el tiempo. Aunque se esconda, esto es algo de lo que no podrá escapar.

Algunas personas critican a Shakira por lanzar este ataque al papá de sus hijos, pero al final del camino -o más adelante en la vida- todos los hijos de un divorcio llegan a término con la identidad de sus progenitores, sus cualidades y defectos. Ser un mal esposo no necesariamente hace de un hombre un mal padre. En este caso, ni siquiera estaban casados.

No, el mayor daño colateral de esta ofensiva es ella misma.

Contrario a lo que trata de demostrar, esta loba no está fortalecida ni recuperada. Esta es una historia de venganza, y si bien las venganzas pueden ser dulces, siempre dan indigestión.

Piqué merece pagar por sus acciones, pero no le corresponde a Shakira impartir justicia.

No importa si eres una estrella musical o una simple mortal, una traición quema. El desamor tortura. Ella dice no sentir rencor, pero una persona que ha sanado se eleva; no permanece embarrándose en el lodo de las circunstancias.

Cuando Shakira supere el engaño, dejará de repartir puñetazos musicales. Cuando esté genuinamente bien, no será necesario que lo diga ni lo cante a los cuatro vientos.

Ojalá veamos el día en que Shakira cante con alegría desde la aceptación. Ojalá sepa que la mejor venganza es seguir adelante, erguida, altiva y viviendo su mejor vida. 

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